La millonaria y riesgosa apuesta detrás de la compra del seguro contra terremotos

La millonaria y riesgosa apuesta detrás de la compra del seguro contra terremotos

Devastación en Pisco luego del terremoto del 2007. Foto/All Hands Volunteers

El Perú ingresó a inicios de este año al mercado de los Bonos Catástrofe, un mundo en el que grandes inversionistas y especuladores apuestan su dinero para que nunca suceda un desastre: si el terremoto no ocurre de acuerdo a estrictas condiciones específicas, estos cobrarán el total del beneficio de su inversión. Este esquema -que ha generado pérdidas millonarias en México- establece para el caso peruano que el terremoto que debería registrarse para cobrar este “seguro” debería ser similar a uno de los únicos cinco sismos que se han registrado bajo estos parámetros en el país desde 1687. Las posibilidades de que el bono beneficie al país son improbables.

8 Abril, 2018

El pasado 6 de febrero del 2018 el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció con entusiasmo que el Perú adquirió un “seguro” de US$ 200 millones contra terremotos por una vigencia de tres años. La compra se realizó a través del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), uno de los brazos financieros del Banco Mundial (BM), que diseñó un esquema conocido como CAT Bond o Bono Catástrofe que le permitiría al país cobrar el dinero del bono en caso de que ocurra un sismo, siempre y cuando este cumpla ciertas características. Sin embargo, en tres siglos -desde 1687- solo se han presentado cinco terremotos dentro de los parámetros que nos permitirían cobrar el 100% de la actual póliza.

En un documento elaborado por la modeladora de riesgo (empresa encargada de proyectar los riesgos económicos en base a eventos) para esta operación, y entregada por el MEF a Ojo-Publico.com luego de un pedido de acceso a la información, se detalla que en el periodo de vigencia del seguro la probabilidad de que el Perú cobre la totalidad del Bono Catástrofe es del 8,51%. El gobierno peruano y los entes internacionales se refieren a este tipo de operaciones financieras como “seguros”, pero el esquema se asemeja más a una apuesta en una ruleta de casino.

 

UN SEGURO QUE PARECE APUESTA

En una comunicación con Ojo-Publico.com, el entonces responsable de la Dirección de Endeudamiento y Tesoro Público, José Andrés Olivares Canchari, indicó que si el sismo tiene una magnitud de 7Mw (magnitud momento) hasta 7,2Mw, el “seguro” pagaría el 30%; en caso de que el movimiento sea de más de 7,2Mw hasta 7,5Mw, se cobraría el 70% y si ocurre un terremoto mayor a los 7,5Mw el Perú obtendría el total del monto asegurado, los US$ 200 millones.  

Sin embargo, en esta investigación Ojo-Publico.com determina que estas no son los únicos parámetros que debe registrar el terremoto para hacer efectivo el bono. Los documentos a los que se tuvo acceso mencionan que los activadores del “seguro” o triggers -como se denominan en inglés- se determinan además de la magnitud, por el lugar exacto del epicentro y su profundidad. Esas tres variables tienen que ser comparadas y refrendadas con la información del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) y por la modeladora de riesgo.

APUESTA. Modelo de riesgos realizado por Air Worldwide para el Perú, cuadricula de locación y magnitud de los parametros del "seguro".

Lo que no explicó en su momento Olivares Canchari, quien firma el engagement agreement con el Banco Mundial, es que la modeladora dividiría el territorio y el mar peruano en una gran cuadrícula de 128 espacios donde cada uno tiene su propio parámetro de activación para cobrar la póliza, según la magnitud del sismo.

Así como la ruleta de un casino, que tiene 37 casillas en los cuales la bola puede caer, para que el Perú cobre este “seguro” el sismo tendría que suceder en uno de 128 espacios divididos, a una profundidad de entre 0 y 200 kilómetros y con una intensidad determinada para cada espacio.

 Solo en 5 terremotos de la historia se nos permitirían cobrar el 100% de la póliza

Un caso que resume los riesgos y las pérdidas que pueden ocasionar este tipo de operaciones se encuentra en México, que en 12 años ha cobrado bonos por un monto de US$ 214 millones, pero ha pagado por las primas alrededor de US$ 291 millones.
 

EL BONO DEL PACÍFICO

 

Este año -motivado por el Banco Mundial- el Perú ingresó al mercado de los Bonos Catástrofe, junto a Chile, Colombia y México. Meses antes, el 21 de agosto del 2017, esta entidad anunció a través de un comunicado de prensa que los países miembros de la Alianza Pacífico estaban realizando un estudio de riesgo sísmico realizado por AIR Worldwide, firma modeladora de riesgos catastróficos situada en Estados Unidos, y financiado por la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos -Cooperación Suiza.

Los Bonos Catástrofe emitidos a través del Banco Mundial tienen una cobertura máxima de US$ 500 millones, estructurado con el dinero proveniente de distintos inversionistas buscados por tres empresas que funcionan como corredoras. Si la póliza no se llega activar, estos recuperan el monto invertido y obtienen un rendimiento por el monto de las primas. Estos CAT Bonds tienen una duración usual de entre 3 y 5 años.

La probabilidad de que el Perú cobre la totalidad del Bono Catástrofe es del 8,51%

Una de las empresas implicadas en la realización de esta operación es Swiss Re Capital Markets -filial de Swiss Re, la empresa reaseguradora más grande del mundo, cuya sede está en la ciudad de Zurich, Suiza. La investigación periodística sobre los #ParadisePapers reveló como esta reaseguradora con oficinas en más de 20 países mantiene un intrincado sistema de compañías offshore para la realización de sus operaciones.

Las otras compañías que operan como corredora de los bonos son Citi Group, una de las mayores empresas de servicios financieros del mundo, con sede en Nueva York, y AON Securities (EEUU), especializada en seguros de pérdidas.

CATBOND. Esquema del bono de riesgo peruano.

Este esquema desarrollado por el Banco Mundial estableció que los activadores o triggers de este “seguro” sean paramétricos, es decir dependan de la magnitud del sismo y no, como ocurre en otros países y en otro tipo de seguros, por los daños ocasionados.

México es el único país miembro de la Alianza del Pacífico que ha activado este tipo de seguro. El año pasado tras el terremoto de 8,1 grados en la ciudad de Chiappas, el Estado mexicano cobró uno de sus dos pólizas vigentes por un total de US$150 millones.

Una investigación periodística publicada hoy por el portal “Mexicanos Contra la Corrupción” establece que a lo largo de los más de 12 años que México viene siendo parte activa del mercado de los bonos catástrofe se ha visto más perjudicado que beneficiado. El reportaje establece que solo el 5% de todos los bonos de riesgo en el mundo se activa por la magnitud y ubicación del evento, en el resto de casos la póliza se cobra por los daños registrados.

 

LA APUESTA PERUANA
 

El Perú fue el país que obtuvo el seguro más bajo de todos los que participaron en el esquema impulsado por el Banco Mundial. A México la póliza contra el terremoto lo cubre por un total de US$ 260 millones, y a Chile y Colombia por US$ 500 y US$ 400 millones respectivamente. A Perú, el seguro lo cubre por US$ 200 millones. El gobierno pagó una prima de US$ 36,6 millones y un promedio de 5 millones de soles adicionales por gastos asociados a este proyecto, según los datos del Ministerio de Economía y Finanzas.

MILLONES. Documento muestra costo total de la prima pagada por el Estado para la operación del CAT Bond.

Una fuente especialista, responsable de analizar el mercado de CAT Bonds y reaseguradoras a nivel global y que prefirió no ser identificada, declaró a Ojo-Publico.com que “fácilmente” el Perú hubiese podido llegar a al tope impuesto por el Banco Mundial, así como lo hizo Chile. Sin embargo, esto hubiese requerido el pago de una prima más alta.

El presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, indica que en el Perú la ocurrencia de un sismo es inminente en la zona costa centro y sur del Perú. En ambos espacios existe un tiempo de ‘silencio sísmico’ de 272 años. El IGP estima la ocurrencia de un terremoto de una intensidad mayor a los 8 grados. Los movimientos de menor potencia no liberan la energía acumulada.

“La placa que se encuentra frente a Lima no se está moviendo desde 1746, lo que significa que está acumulando energía y que para liberarla tendría que haber un sismo similar al de ese año (8.8Mw)”, explica Hernando Tavera.

 

 

Un reporte preliminar del Banco Interamericano de Desarrollo del año 2009 señala que un sismo de gran magnitud en Lima ocasionaría pérdidas económicas estimadas en US$ 30 mil millones. En los últimos 100 años se han registrado solo tres sismos de alta intensidad (mayor a los 7Mw) en Lima: 1940, 1966 y 1974, según información del IGP.

Las cláusulas de activación y el diseño de la póliza indican que es poco probable que el Perú pueda cobrar la totalidad del seguro que recientemente ha adquirido. Hoy se conoce, a través de una investigación periodística de ‘Mexicanos contra la Corrupción, que en México este tipo de seguros han generado a largo plazo más pérdidas que beneficios económicos. El ingreso del Estado peruano al mundo de los CAT Bonds puede significar más pérdidas que ganancias.

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